NOTA V
Es bien sabido que el fenómeno político
social de la Revolución Mexicana, que costó al país más de un millón de
muertes, se originó ante la inequitativa distribución de la riqueza territorial "generada en una legislación
individualista, y errada por lo que hace a sus efectos en el agro."
Existen datos estadísticos que señalan que en
1910, menos de dos mil familias, esto es, solamente el 1 por ciento de la
población, controlaban el 87 por ciento del territorio mexicano. Ante tal
desigualdad fue que se levantaron los revolucionarios de 1910, en demanda de la
restitución de tierras a sus legítimos poseedores, la dotación de tierras y
aguas a quienes carecían de ellas, el reparto del latifundio y la protección
del sector campesino; ideas recogidas por el artículo 27 de la Constitución de
1917, que además instituyó la coexistencia de la propiedad particular y la
propiedad social representada en ejidos y comunidades; surgiendo así un nuevo
orden jurídico agrario en México.
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